Debería ser obligatorio venir de vez en cuando a los Estados Unidos, para un profesional de nuestro oficio es inspirador, relativizador y una necesaria cura de humildad.
He disfrutado mucho de estas pocas horas en San Diego, en el gran evento de la DMA. Pero aún más volviendo a confirmar lo mucho que podemos imitar de la industria publicitaria norteamericana. En una crisis, esta vez superior a la nuestra, mantienen esa increible tensión comercial que hace que en este país las marcas vendan más, más veces y a más gente. Nuestro oficio no es otra cosa, en España no hace falta que inventemos demasiado, observemos lo que ocurre aquí y recomendemos a nuestros clientes.
La revolución digital, social y comercial que ocurre en este país en internet, en los móviles y en todos los instrumentos interactivos está por llegar del todo a España. Imitar no es pecado ¿no?, ¿lo es?, no...
Apetece volver a casa pero sobre todo porque las calles de Los Angeles, de San Diego, sus tiendas, su publicidad y sus profesionales, me hacen pensar de nuevo que este negocio es maravilloso.
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