La verdad ya no interesa

 El hombre aún existe porque aprendió a mentir. La ficción es lo único que los animales no saben hacer. El homo sapiens sabe inventarse historias, fabular, engañar. Y nosotros, escritores, somos la cumbre de la pirámide sapiens: nos centramos en el engaño, en inventar historias, en ficcionar, en mentir, al fin y al cabo. Cuando usamos o escribimos la verdad, esta suele interesar bien poco. Yo mismo, estoy mintiendo ahora mismo. Los escritores somos mentirosos, o no somos escritores.

Me siento a escribir y no me inspiro hasta que encuentro la mentira adecuada. La verdad es el perro que mordió a un hombre; pero es mucho más interesante ese hombre que mordió a un perro, aunque no fuera verdad.

¡Mintamos, compañeros!, es imprescindible para sobrevivir. La verdad puede ser peligrosa: existe el sincericidio pero no el mentiricidio. 

El amor es mentira y no podemos vivir sin sentirlo. El dinero es una ficción y lo necesitamos. La justicia social no está en la naturaleza, pero es un acuerdo aceptado.  La mentira es necesaria para nuestra supervivencia. La mentira es buena. Insisto, ¡Mintamos!

Si un cura dijera siempre la verdad, no llenaría la iglesia. Si miente bonito, la llenará cada domingo. Igual le ocurre al poeta, le ocurre al actor, le ocurre al pintor, le ocurre al músico. 

Ahora escucho el Concierto No.3 para violín de Mozart. Es muy bello, muy inspirado, pero es la invención de un auténtico chalado genial. Engaña a mi mente y alimenta mi espíritu. Cuando termine, terminará el placer, es una quimera.

También la política se basa en la hipérbole: escuchen a Trump, a Putin o a muchos otros. Su discurso no se basa en la verdad sino en la exageración de lo que el receptor quiere escuchar. La persuasión es la trampa, el anzuelo, el cepo que nos aprisiona, nos seduce, nos excita o al menos seduce y excita a la mayoría suficiente. 

En los años 80, un abogado neoyorkino, Roy Cohn (en ingles “con” significa “estafa”) conjugaba todos los atributos de la trampa, la mentira en política; eran los primeros pasos de la post-verdad. Cohn era influyente en el partido demócrata, pero al tiempo era ultra conservador. Era homosexual , al tiempo, uno de los grandes agitadores contra la homofobia en Estados Unidos. Era asesor de Mc Carthy pero, a la vez, lo era de la mafia de Nueva York y también de un oscuro constructor llamado Donald Trump. Su lema fue siempre: Nunca te rindas. Nunca reconozcas tus mentiras. Nunca un paso atrás.

¿Se imaginan que Shakespeare, Quevedo, George Cukor, Juan Sebastian Bach, el Papa Francisco o su político favorito; dijeran y hubieran dicho siempre la verdad verdadera? No habrían llegado a nada en la vida que vivieron. La mentira es consustancial al hombre humano, la verdad no es sostenible.

Solo hay una verdad, y está en la naturaleza, o en lo que queda de ella, después de que el ser humano la ha esquilmado y destruido. 

Podemos decir que todo es mentira y todo es construido y todo es confeccionado y todo es un artificio, y todo, hasta la verdad, es mentira.




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