La doña Lili




Doña Lili vive en Pochocuape, el barrio más humilde de Managua, muy cerquita del gran ceibo. Doña Lili tiene 80 años justos, eso dice ella y sigue encargándose de su casa, hecha de chapas y trozos de uralita, sobre unos muretes de bloque de cemento y suelo de tierra. Doña Lili tiene una casa mejor que la mayoría de las chabolas que forman los barrios cercanos al basurero de Managua. La casa está limpia y sin basura alrededor. Doña Lili cuida aún su huertita y su gallinero. Hace días que su gallo no se está portando bien, ataca a las gallinas y quiere comerse toda la comida. Lili ha decidido sacrificarlo.

Hoy esta preparando gallo pinto, el plato típico nicaragüense, que no lleva ni gallo ni gallina, sino que es un salteado de arroz con frijoles y alguna carne de res o de chancho, poca. Le añadirá unos tostones de plátano fritos. Riquísimo, como dice ella.

Hoy no guisará el gallo, hoy aun estaría muy duro, hay que sancocharlo: cocerlo con cebollas, ajos, limón y pimiento; para sacar un caldo y que esté mas tierno. Mañana lo preparará y la familia tendrá una comida especial gracias al gallo malvado.

Conversamos con Doña Lili en el patio de su vivienda. Lleva al gallo cogido por las patas. Así se queda quieto. Al pobre le quedan minutos de vida. Con ella están Nuria e Indiana, de la Fundación Mejor Igual. Esto nos cuenta:


Indiana: – Debe ser riquísimo ese arroz que…

Doña Lili: – ¡Está rico!

Nuria: – ¿qué le va a poner al arroz?, ¿ese gallo?

Doña Lili: – ¡no…! Ja ja ja. No, está gordito y este gallo está duro. Hay que sancocharlo, para mañana. Si Dios quiere.

Nuria: – Y ¿por qué me dijo que le iba a matar? Al gallo… ¿Se lleva mal con los otros?

Doña Lili: – Si. Les pega. Les pega, están comiendo y les pega. Solo él quiere comer.


Doña Lili ha vivido docenas de huracanes y diez grandes terremotos de Managua, el de 1972 arrasó la ciudad. Y murieron 30.000 managüenses y su catedral se derrumbó, la casa de Doña Lili también. La catedral nunca ha llegado a ser reconstruida del todo. La casa de Doña Lili si, con las manos de la familia. Así son los nicas, gente pobre, noble y orgullosa. Mejor vivirlos antes de opinar sobre este pequeño país que está justo por donde se dobla el mapa de América.


Ángel Riesgo, Febrero 2021


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