Premios Publicitarios

De todos es bien sabido que a los publicitarios les gustan los premios. El trabajo de los publicitarios genera cierta dosis de ansiedad: un día hay que ser experto en bebés, otro hay que saber de brandy masculino por la mañana, de productos químicos por la tarde y de deportes de montaña por la noche. Y siempre hay que presentar al día siguiente a los clientes esperan sus campañas ya terminadas. Estos cambios constantes en el foco de su actividad marcan notablemente su personalidad. Por un lado ha de mostrarse optimista, hacer acopio de la necesaria empatía para ponerse en el lugar del consumidor, identificar la carga emotiva necesaria para poder crear una acción de comunicación de consiga influir, conmover y persuadir al consumidor, incitarle a que pase a la acción. Por otro lado está la inseguridad, el vértigo que produce la obligación de conseguir ideas relevantes para el día siguiente, la presión del corto plazo y la incertidumbre de no saber exactamente si tu campaña será un éxito y tu cliente ganará dinero por ello. Esta dualidad optimismo/inseguridad, esta condición de artista efímero y apresurado, pendiente de las ideas y los plazos le convierten en un ser especialmente sensible y el reconocimiento de su trabajo se convierte en imprescindible. Incomprendidos a veces por el anunciante pueden incluso llegar a realizar campañas ideales y ficticias, que en la profesión denominamos “truchos”, auténtica medicina para vencer la frustración de no obtener el permiso de su cliente para realizar la soñada campaña audaz y atrevida en una última expresión casi narcisista. Los publicitarios estamos enamorados de nosotros mismos y estamos en la mejor época del año para la autocomplacencia: la época de los premios. Necesitamos los certámenes y sus premios para reafirmar nuestra autoestima. Los Premios a la Eficacia están en el momento de las inscripciones, El Sol tiene su máximo esplendor la semana que viene en San Sebastián, Cannes calienta motores, FIAP acaba de pasar… además este otoño el Grupo Vocento al que pertenece este diario convoca por primera vez unos premios nuevos que reconocerán las ideas en la mejor utilización de los medios. Como dijo McLuhan “el medio es el mensaje”, y en este caso es más verdad que nunca. Ángel Riesgo para ABC, mayo 2007

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