
Y dirán ustedes, ¿qué relación tienen estos temas macroeconómicos y este obituario con la publicidad y comunicación, que es de lo que debe hablar este columnista? La relación es muy grande; la industria publicitaria tiene mucho que agradecer a Don Enrique y a tantos otros economistas responsables, porque trajeron a nuestro país la estabilidad, desterraron la inseguridad e hicieron el milagro de este generalizado optimismo y continuada confianza que los empresarios han tenido en los últimos 20 años, esa confianza es la que ha permitido a las empresas apostar por el crecimiento sin miedo a la inflación incontrolada y la pérdida de valor por los riesgos del país. Y junto a ese equilibrio, una continuada apuesta por la publicidad que ha llevado a multiplicar por 20 la inversión del año 1986 en euros corrientes y casi por 7 en euros constantes. Ante la crisis la primera cosa que un empresario recorta, curiosamente, es la publicidad, la ausencia de crisis ha permitido una confianza continuada en la inversión publicitaria y sus ventajas. Nuestra industria tiene por tanto mucho que agradecer a Don Enrique y a sus colaboradores. Descanse en paz.
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