Gracias, Don Enrique

La pasada semana nos trajo la triste noticia de la desaparición de Enrique Fuentes Quintana, maestro de economistas y uno de los personajes más relevantes de nuestra historia económica reciente. Le recuerdo por los pasillos de la Facultad de Económicas de Somosaguas donde era Catedrático de Hacienda Pública, ya era un mito en esos años 70; después fue posiblemente unos de los artífices de la bonanza económica más larga que jamás haya vivido la economía española y con ella sus ciudadanos. La importancia de las personas en esos años convulsos de la transición fue clave, sin entrar en política consiguieron convencer a todos los gobiernos, conservadores y socialistas, de la necesidad de la moderación de la inflación y del equilibrio económico. Esa moderación nos ha llevado donde estamos, la separación de la política de la macroeconomía es un hecho fundamental en la historia del final del siglo XX en España y Enrique Fuentes Quintana es su principal adalid.

Y dirán ustedes, ¿qué relación tienen estos temas macroeconómicos y este obituario con la publicidad y comunicación, que es de lo que debe hablar este columnista? La relación es muy grande; la industria publicitaria tiene mucho que agradecer a Don Enrique y a tantos otros economistas responsables, porque trajeron a nuestro país la estabilidad, desterraron la inseguridad e hicieron el milagro de este generalizado optimismo y continuada confianza que los empresarios han tenido en los últimos 20 años, esa confianza es la que ha permitido a las empresas apostar por el crecimiento sin miedo a la inflación incontrolada y la pérdida de valor por los riesgos del país. Y junto a ese equilibrio, una continuada apuesta por la publicidad que ha llevado a multiplicar por 20 la inversión del año 1986 en euros corrientes y casi por 7 en euros constantes. Ante la crisis la primera cosa que un empresario recorta, curiosamente, es la publicidad, la ausencia de crisis ha permitido una confianza continuada en la inversión publicitaria y sus ventajas. Nuestra industria tiene por tanto mucho que agradecer a Don Enrique y a sus colaboradores. Descanse en paz.

Ángel Riesgo para el diario ABC, 10 de junio de 2007

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