El verano doble

He vuelto de Asia y me doy cuenta que estoy viviendo un verano doble, por un lado debido a la tranquilidad del agosto madrileño; nuevamente me sorprende como esta ciudad loca, deja caer sus brazos y se calma, zas!, al llegar el 1 de agosto. Pero esa calma, digo, es para mi doble, son muy pocos los flecos pendientes de mi trabajo en Consultores y está claro que bajarse de la montaña rusa es dejar de recibir e-mails, no tener presión y que muchos te empiecen a olvidar.

Me gusta esta sensación de abandono, me da miedo aficionarme a ella, pero la verdad es que para mi es nueva. En mis 27 años de trabajo nunca había tenido esta sensación, esta situación; la estoy disfrutando, leyendo, conversando…, pero este paréntesis me hace pensar en que es tiempo de pensar.

Tiempo de pensar en la publicidad, lo mío es curioso, tiempo de pensar en el negocio que sigue haciéndome vibrar y por supuesto, tiempo de pensar en lo que voy a hacer con mi vida. Algunos ya me han colocado, en una agencia de medios, en una de publicidad, incluso en un anunciante o en una asociación. Ellos lo saben ya, que suerte, porque yo aún no. Cuando te llaman tentándote, proponiéndote un trabajo o una colaboración, el ego se excita, pero alguien me ha dicho algo que me ha llegado. “llevas muchos años diciendo lo que deben hacer las agencias, ahora eres libre de llevarlo a cabo, ¿te atreves?”. Es una auténtica provocación… pero yo soy un tipo muy tranquilo. ¿La agencia del futuro?, más fácil hablar de ella que hacerla… De momento sigo sabático y me encanta. Feliz agosto amigos.

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